Recordamos a Alejandra Pizarnik a 50 años de su fallecimiento.
Es una de las poetas más importantes de Argentina. Hija de inmigrantes rusos, se crió en Avellaneda entre el castellano y el idish. En su familia la llamaban cariñosamente “Buma” o “Blimele” (flor en idish).
Fue influenciada por el surrealismo y el existencialismo. Se suele resaltar la soledad y desesperanza en sus versos, pero también brillan imágenes de una increíble belleza.
Sus obras perviven en el tiempo: “Aún si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y qué deseaba yo? / Deseaba un silencio perfecto. / Por eso hablo.” (“Caminos del espejo”, 1968).