A 75 AÑOS DE SU MUERTE, RECORDAMOS A MAX GLÜKSMANN PIONERO DEL CINE.
Inmigrante judío de Chernovitz, llegó a Buenos Aires en 1890, con apenas 15 años. Max era empleado en una casa de fotografía y luego de asistir a la primera proyección fílmica en el país comprendió el valor de este nuevo invento. Desde entonces se dedicó a difundirlo en el país. Emprendedor incansable, siempre atento a las novedades tecnológicas, tampoco dudó en las posibilidades del fonógrafo. Con los años terminó consolidando un verdadero imperio que incluía salas de cines, venta de discos y de radio receptores.
También tuvo una intensa participación en la vida comunitaria. Fue presidente de la Congregación Israelita de la República Argentina y financió la construcción de su templo en la calle Libertad, una joya del patrimonio de la Ciudad de Buenos Aires.
Fallecido el 20 de octubre de 1946, sus restos descansan en el Cementerio de Liniers.
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