



















TEXTO CURATORIAL
PRODUCIR SENTIDO
La lista de objetos que le pedimos a los artistas que intervengan es interminable: sillas, camitas, corazones, vacas, caballos, buzones, letras, etc.
Cada vez que alguien llama a una artista para hacer algo de esta naturaleza lo distrae, lo saca de foco, le pide que realice algo que se identificable como obra suya pero en un soporte y en un tamaño que no elige. Hace quince años, me comuniqué con un grupo de artistas para que intervengan mesas. En esa época ya estaban cansados de recibir ese tipo de propuestas. No me quiero imaginar lo que cada artista pensó cuando lo llamé para que intervengan una letra del alfabeto hebreo, por supuesto, educados como son, nadie vociferó palabra alguna y el resultado no hace más que aumentar la necesidad de agradecerles a todos ellos por su esfuerzo, dedicación y compromiso.
Por otro lado, ver cómo un artista resuelve una obra a partir de un soporte no tradicional, que tiene un significado particular, que seguramente desconoce y convertir eso en una obra de arte, es fascinante.
A los artistas no se les pidió que ilustren temáticamente la obra sino que plasmen en ella el encuentro entre ellos, el significado de la letra y la forma.
La idea básica era recrear un conjunto de signos milenarios, a partir de una tipografía moderna e intervenida por distintos lenguajes artísticos. El valor de las letras, la posibilidad de generar sentido, está dada por la oposición de las diferencias. Para crear una palabra, para crear sentido, hace falta un conjunto diverso unido. Cada letra posee su identidad y no la pierde a la hora de compartir con otras un lugar en una palabra determinada, Son parte de algo sin dejar de ser ellas mismas.
La convocatoria estuvo pensada para poder cubrir un universo significativo y heterogéneo de importantísimos artistas argentinos que se expresan en forma particular y distinta. En este sentido, cada una de las obras expuestas hoy funcionan en forma individual y son obras muy representativas de sus creadores, pero en el conjunto también adquieren una potencia particular donde la diversidad, paradójicamente, hegemoniza la fuerza y el diálogo entre las obras, produciendo una circularidad de contenidos y continentes que le dan belleza, valor estético, simbólico y contundencia de valores.
Hay letras que ocupan más volumen que otras, o sea que algunas son más grandes que otras, sin embargo, las obras toman otra dimensión del espacio, se separan del tamaño y se vuelven inmensas, independientemente de sus medidas. Las letras hablan, son generadoras de puentes que entre cruzan una búsqueda permanente por saber el verdadero significado de las cosas y qué hay detrás de cada palabra, qué es lo que dice y qué es lo que calla y sobre qué nos interpela.
Los artistas transformaron la palabra en objetos de arte que refieren a una letra peor que son el símbolo del diálogo permanente entre culturas, la posibilidad de aprender del otro y esa búsqueda intensa de convivir en diversidad.
El diálogo entre dos formas de expresión, el arte y la palabra se conjugan sin perder autonomía, transformándose en una unión poderosa que nos retrotrae a la belleza siempre de lo que uno ve y oye.
La creación de los cincuenta y tres artistas invitados, son un verdadero testimonio de articulación entre signo e imagen, donde la interpretación surge del desconocimiento de un alfabeto que es reconstruido desde la posibilidad de apropiarse de una forma que es ajena y propia a la vez. Generalmente los artistas plásticos no se valen de la palabra para expresarse, hasta en algún sentido conceptual la evitan. Es posible decis sin palabras. Una letra intervenida por un artista deja de ser una letra para ser una obra, pero cuando esta obra está puesta cerca de la otra obra que a su vez esta frente a otra obra, la obra multiplica su sentido y le da lugar a la palabra.
La naturaleza final de cada una de estas obras será estar en un lugar distinto, pero conservarán la memoria constructiva de ser parte de un alfabeto, del cual ellas no fueron solamente parte sino testigos de la intervención del hombre en el proceso continuo y permanente de la creación de la palabra y el universo.
Elio Kapszuk – Director Espacio de Arte AMIA
FICHA TÉCNICA
Título: Los papiros arden y las letras florecen. Gvilim nisrafim veotiot porjot
Artistas: Carolina Antoniadis – Susana Beibe – Silvina Benguría – Remo Bianchedi – Ary Brizzi – Pier Cantamessa – Carlos Cañás – Blas Castagna – Victor Chab – Diana Chorne – Dina Cusnir – Tulio De Sagastizabal – Jorge Diciervo – Juan Doffo – Karina El Azem – Grupo Escombros – Fernando Fazzolari – Daniel García – Diego Gravinese – Jorge González Perrín – Martín Kovensky – Sergio Langer – Juan Carlos Lasser – Juan Lecuona – Julio Alan Lepez – Gustavo López Armentía – Leonel Luna – Eduardo Medici – Hector Medici – Juan Melé – Joaquín Molina – Eduardo Molinari – Adolfo Nigro – Omar Panosetti – Alberto Pereira – Pérez Celis – Diego Perrotta – Ernesto Pesce – Duilio Pierri – Jorge Pietra – Felipe Carlos Pino – Maria Pinto – Jorge Pirozzi – Rep (Miguel Repiso) – Pedro Roth – Daniel Santoro – Mariano Sapia – Roberto Scafidi – Renata Schussheim – Oscar Carlos Smoje – Clorindo Testa – Andres Waissman – Luis Wells
Fecha: Del 5 de septiembre al 1 de octubre de 2007
Se expuso en Espacio de Arte AMIA
Se realizó un catálogo de 96 páginas con fotos de cada obra
PRENSA