












Rabi Geógrafos de esa única patria que tenían los judíos en la diáspora, la Biblia.
Para conocer esa patria-libro la única forma que había era ser alfabeto. Cientos de años leyendo, codificando, buscando en lo más profundo, transformando el texto en números para saber cuándo vendrá el Mesías y así volver a vivir en la tierra y no en el mientras “del año que viene en Jerusalén”.
Los rabinos que sostuvieron la llama, que mantuvieron unida la comunidad en las buenas y las malas.
Insuflando la autoestima en los momentos más terribles de las persecuciones y el genocidio. Esos rabinos de mi infancia que conocí en Transilvania de Posguerra, en el templo festejando sin tiempo el viejo calendario, superando la fatalidad.
Vaya mi homenaje a esa parte inamovible de mi que representan estos seres para los que el tiempo sigue siendo ese, del libro que cuando se termina de leer recomienza con una alegría y el afuera es el tiempo que no cuenta, igual, luego viene la resurrección, la vida eterna, Amen.
Pedro Roth